Los principios de Chelsea Manning que la mandaron a prisión, ahora podrían sacarla de ella

Los principios de Chelsea Manning que la mandaron a prisión, ahora podrían sacarla de ella

Moira Meltzer-Cohen, abogada de Chelsea Manning, presentó ayer una moción para liberar a su representada, basada en la evaluación de un experto en el perfil de personalidad de la exanalista de inteligencia del ejército de los EEUU.

Internacional | 20 de febrero de 2020
Pere Borràs

Chelsea Manning lleva encarcelada en el Centro de Detención de Alexandria durante casi un año debido a su negativa a declarar ante un gran jurado federal que investiga a quienes divulgaron sus filtraciones de 2010, Julian Assange principalmente. Además, recibe una multa de 1.000 $ por cada día que pasa sin declarar. Ya suma unos 230.000 $ de multas acumulados.

Sucede que el propósito de multa o encarcelamiento de un testigo que se niega a declarar tiene como objeto obligar al testigo a cumplir con la citación. Y como dice Meltzer-Cohen, “Si el cumplimiento es imposible, sea porque el gran jurado ya no existe o porque el testigo es incoercible, entonces el confinamiento se ha convertido de una sanción coercitiva a punitiva y, por tanto, está violando la ley”.

Para defender esta tesis, la abogada ha presentado un informe de la Dra. Sara Boyd donde afirma que “Manning exhibe características de personalidad de larga duración que se relacionan con su escrupulosidad, su persistencia, su dedicación y su disposición a soportar la desaprobación social, así como los castigos formales (...) Manning no ha vacilado en tomar estas decisiones con respecto a la cooperación durante los últimos meses y no hizo ninguna declaración que indicara que había alguna información que pudiera proporcionarle que le hiciera cambiar de opinión”. Este informe indica que el encierro no cambiará la voluntad de Manning para no declarar y que, por tanto, un encierro coercitivo no tiene cabida y debe ser liberada.

La moción presenta, además, una carta de Nils Melzer, Relator Especial de la ONU sobre Tortura, quien dice que el confinamiento coercitivo constituye una práctica de tortura que va en contra de las leyes internacionales ratificadas por los EEUU, por lo que Manning debe ser liberada “sin más demora” y sus multas canceladas o reembolsadas.

La firmeza de la postura de Manning resulta evidente con sus propias palabras: “Mi negativa a testificar continúa, basada en mi antigua creencia de que los grandes jurados, como funcionan en la era contemporánea, a menudo son utilizados por los fiscales federales para hostigar e interrumpir a los opositores políticos y activistas a través del secreto, la coerción y el encarcelamiento sin juicio. Mi propio encierro actual refuerza mi creencia en su tendencia a ser abusado en la práctica. No puedo aceptar participar en dicho proceso. No importa cuánto se me castigue, seguiré confiando en mi decisión. Me separaron de mis seres queridos, me privaron de la luz del Sol y ni siquiera pude asistir al funeral de mi madre. Es más fácil soportar estas dificultades ahora que cooperar para recuperar algo de consuelo y vivir el resto de mi vida sabiendo que actué por interés propio y no por principios”.


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